miércoles, 19 de mayo de 2010

EDAD MEDIA LITERATURA

http://www.youtube.com/watch?v=eKrHKbKBRg0
Géneros literarios. Poesía épica. Cantares de gesta. Cantar de Mio cid. Lírica popular. Prosa del siglo XIII. Alfonso X el Sabio
Poesía popular. Romancero. Poemas épicos y líricos. Prosa. Lírica cortesana

EL MIO CID
http://www.youtube.com/watch?v=rY6rk16Fv9w&feature=related

CULTURA EDAD MEDIA- VESTIMENTA

Durante la Alta Edad Media (del S. V al X) con la crisis del Imperio Romano, la cultura queda recogida en los monasterios.
Los monjes copiarán manuscritos de la Antigüedad. Se escribieron obras enciclopédicas, como las Etimologías de San Isidoro de Sevilla en el S. VII. En ella se intentaba compilar todo el saber universal.
En el S IX, bajo la figura del rey Carlomagno, se aprecia un renacimiento cultural, se crean escuelas y el mismo rey se preocupa por la formación. Más tarde, a su muerte viene otro período de decadencia.
Del S. XI al XIII: La expansión cultural no será únicamente llevada por los clérigos, Surge en la ciudad la Universidad y las escuelas catedralicias y se va creando la figura de "el Intelectual". La universidad otorgaba los títulos de bachiller, licenciado y doctor.
Destaca la Universidad de Bolonia fundada a principios del S. XI. Fue continuadora de las escuelas jurídicas de los últimos años del Imperio Romano.
Otras universidades importantes fueron la de París, Oxford y Salamanca.

Durante los siglos XIV y XV literariamente predomina la épica, la lírica amorosa, el romance cortesano... es la época de los ideales caballerescos y del amor cortés.
La moral caballeresca se basa en la fortaleza de ánimo, perseverancia, moderación, dominio de sí, respeto a la mujer, protección del débil, generosidad con el vencido, cortesía... Se opone sobre todo al espíritu lucrativo de la burguesía emergente.
El amor es visto entonces como fuerza ética, principio educativo superior y fuente de bondad y belleza.




Las ropas usadas en el Imperio Romano ya habían caído en desuso, como la toga (larga tela que se envolvía en el cuerpo) que caracterizó la indumentaria masculina del ciudadano de las primeras épocas romanas, debajo de esta prendas, como ropa interior se usaba la túnica de lana, mientras la mujer casada lucía la estola, parecida a la toga masculina, y cubría sus hombros con la palla.
Los tejidos de punto y malla son característicos de esta nueva etapa, conocida como Edad Media, que se inicia en el año 476.
Los bárbaros introdujeron la costumbre del uso de bragas que cubrían las piernas, prendas semejantes a los pantalones, o las calzas, éstas adheridas a la pierna, bordadas y adornadas, ajustadas ambas en las pantorrillas, por medio de correas entrecruzadas. Los nobles las usaban de color rojo. Las túnicas, que antes carecían de mangas o las poseían muy cortas, ahora las anexaron.
Se siguieron usando las capas de lana rectangulares (clámides) adquiriendo mayor amplitud. Los bárbaros usaban generalmente dos tonos de ropa, el lado izquierdo no era del mismo color que el derecho.

INICIO DE LA EDAD MEDIA

Aunque se han propuesto varias fechas para el inicio de la Edad Media, de las cuales la más extendida es la del año 476, lo cierto es que no podemos ubicar el inicio de una manera tan exacta ya que la Edad Media no nace, sino que "se hace" a consecuencia de todo un largo y lento proceso que se extiende por espacio de cinco siglos y que provoca cambios enormes a todos los niveles de una forma muy profunda que incluso repercutirán hasta nuestros días. Podemos considerar que ese proceso empieza con la crisis del siglo III, vinculada a los problemas de reproducción inherentes al modo de producción esclavista, que necesitaba una expansión imperial continua que ya no se producía tras la fijación del limes romano. Posiblemente también confluyeran factores climáticos para la sucesión de malas cosechas y epidemias; y de un modo mucho más evidente las primeras invasiones germánicas y sublevaciones campesinas (bagaudas), en un periodo en que se suceden muchos breves y trágicos mandatos imperiales. Desde Caracalla la ciudadanía romana estaba extendida a todos los hombres libres del Imperio, muestra de que tal condición, antes tan codiciada, había dejado de ser atractiva. El Bajo Imperio adquiere un aspecto cada vez más medieval desde principios del siglo IV con las reformas de Diocleciano: difuminación de las diferencias entre los esclavos, cada vez más escasos, y los colonos, campesinos libres, pero sujetos a condiciones cada vez mayores de servidumbre, que pierden la libertad de cambiar de domicilio, teniendo que trabajar siempre la misma tierra; herencia obligatoria de cargos públicos -antes disputados en reñidas elecciones- y oficios artesanales, sometidos a colegiación -precedente de los gremios-, todo para evitar la evasión fiscal y la despoblación de las ciudades, cuyo papel de centro de consumo y de comercio y de articulación de las zonas rurales cada vez es menos importante. Al menos, las reformas consiguen mantener el edificio institucional romano, aunque no sin intensificar la ruralización y aristocratización (pasos claros hacia el feudalismo), sobre todo en Occidente, que queda desvinculado de Oriente con la partición del Imperio. Otro cambio decisivo fue la implantación del cristianismo como nueva religión oficial por el Edicto de Tesalónica de Teodosio I el Grande (380) precedido por el Edicto de Milán (313) con el que Constantino I el Grande recompensó a los hasta entonces subversivos por su providencialista ayuda en la Batalla del Puente Milvio (312), junto con otras presuntas cesiones más temporales cuya fraudulenta reclamación (Pseudo-donación de Constantino) fue una constante de los Estados Pontificios durante toda la Edad Media, incluso tras la evidencia de su refutación por el humanista Lorenzo Valla (1440).